La gallinita roja vivía cerca de la casa del granjero. No
era un lugar muy elegante. Pero a ella le encantaba. Compartía su casa con sus
cinco pollitos y sus amigos:
El perro, el gato
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Pulzo |
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Mi mundo aninal. |
Y el Pato, la gallinita roja trabajaba muy duro. Mantenía su casa y su
patio limpios y ordenados, siempre había mucho por hacer para que todo se viera
bien.
A todos les gustaba hacer tener una casa limpia y buena
comida en la mesa. Aunque cuando llegaba la hora de hacer las labores, los
demás siempre tenían otra cosa que hacer. En cuanto la gallinita sacaba a sus
pollitos a jugar, los animales mayores también.
Se pasaba los días tendiendo camas, limpiando, arreglando el
huerto y cocinando.
Un día, la gallinita roja estaba barriendo su patio. Cuando
miró al cielo, encontró unos granos de trigo y los guardó en su bolso. Luego
fue a buscar al perro, al gato y al pato. Los encontró junto al estanque. Les
mostró los granos y les preguntó ¿quién me ayuda a plantar esto?
Sus tres amigos se miraron entre sí y después miraron a la
gallinita roja.
Nosotros no, dijeron. En este momento necesitamos tomar una
siesta.
Yo misma los plantaré dijo la gallinita roja y regreso a su
huerto y empezó a cavar. Al poco rato llegaron los pollitos a ver qué estaba
haciendo y le dijeron que quería ayudar. La gallinita roja y sus cinco pollitos
hicieron como si estuvieran enterrando un tesoro. Jugando así, el trabajo paso
más raído. Al poco tiempo ya habían plantado todos los granos.
La gallinita roja visita el huerto todos los días para ver
crecer el trigo. Se aseguró de que las plantitas recibieran bastante sol y
cuidados.
Un día encontró a sus tres amigos recargados en el granero
de la granja. La gallinita roja les dijo hay unas hierbas que le impiden crecer
al trigo ¿Me ayudarían a sacarlas?
Yo no puedo dijo el gato.
Están llenas de tierra ¿sabes
cuánto tiempo me lleva limpiarme las patas?
El perro y el gato también tenían excusas nadie podía
ayudar.
Lo haré yo mismo dijo la gallinita roja. Después regreso al
jardín. Una vez más sus pollitos la ayudaron. Organizaron un concurso.
Organizaron un concurso para ver quién podía sacar más hierbas. Fue tan
divertido que terminaron en abrir y cerrar un ojo.
Hubo una temporada de sequía y no llovió en toda una semana,
la gallinita roja estaba preocupada por el trigo.
Si las plantas no recibían
agua pronto, sus tiernos tallos se marchitarían y morirían. Lo único que se
podía hacer era llevar agua a las plantas. Fue a buscar a sus amigos. Los
encontró en lo alto de un montón de paja. La gallinita los miro y les dijo: “el
calor del verano es demasiado fuerte para el trigo ¿Quién me ayuda a regar el
huerto?
El perro, el gato y el pato miraron “estamos muy ocupados
escribiendo una canción y no podemos hacerlo ahora gruño el perro. ¿No oíste
que estaba tocando el bajo?
“Lo regare yo misma dijo ella. La gallinita roja llevó su
regadera al huerto. Los pollitos fueron a hacerle compañía. La gallinita hizo
como si fuera una nube de lluvia y trataba de salpicarlos con agua. Al poco
rato, todo el huerto estaba mojado.
El sol del verano fue muy bueno y el trigo creció rápido. La
gallinita roja y sus pollitos visitan el huerto todos los días, cuidaron el
trigo con mucho amor y creció fuerte y firme.
El otoño no tardó en llegar y el trigo se tornó de un color
dorado. La gallinita roja no sabía lo que eso significaba. Encontró sus amigos
jugando cartas bajo la carreta del granjero. La gallinita se asomó y les dijo:
¿quién me ayuda cosechar el trigo?

Aunque ya le había dedicado mucho tiempo y energía al huerto,
la gallinita roja sabía que el trabajo aun no terminaba. Siempre les decía a
sus pollitos que si un trabajo valía la pena también valía la pena hacerlo
bien.
La gallinita fue a buscar a sus amigos. Los encontró
sentados junto al camino. Necesito moler el trigo para hacerlo harina dijo.
¿Quién me ayudara a llevarlo al molino dijo.
El perro, el gato y el pato miraron el camino. El molino
estaba a varios kilómetros de distancia nosotros no! Contesto el trió. Está
demasiado lejos para ir caminando.
Una vez más, la gallinita roja tendría que hacerlo.
Ella y sus pollitos se fueron inmediatamente. Les esperaba un largo viaje, y los pollitos caminaban despacio. El viaje pareció más rápido porque pretendieron ser vagabundos que viajaban con sus morrales por todo el país.
Ella y sus pollitos se fueron inmediatamente. Les esperaba un largo viaje, y los pollitos caminaban despacio. El viaje pareció más rápido porque pretendieron ser vagabundos que viajaban con sus morrales por todo el país.
La gallina roja regreso a casa ella y sus pollitos estaban
tan cansados que al poco rato se quedaron dormidos. Esta noche todos durmieron
muy bien. A la mañana siguiente, la gallinita salió de su casa. Sus amigos estaban tomando el sol en la azotea.
Ella los llamó ¿quién me ayudara a hornear pan con mi harina?
El perro, el gato y el pato ni siquiera se molestaron en
mirarla. Es un hermoso día ¿quién quería estar adentro horneando pan? Dijo el
perro.


La gallinita sacudió la cabeza y pensó: ¿quién quería pasar
todo el día haciendo nada? Después les dijo a los tres: “lo hornearé yo misma”. La gallinita roja entro y sus pollitos trataron de ayudarle
a hacer la masa. Había harina por todo el piso y sobre los pollitos también
hicieron una gran hogaza de pan fingiendo ser escultores que creaban una
escultura. Todos querían seguir jugando cuando acabaron de hacer la hogaza.
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Mi granito de sal. |
El perro, el gato y el pato se asomaron a la cocina. Dos pollitos bailaban alrededor de la gallinita roja. Ella preguntó ¡quién me ayudara a comer este delicioso pan fresco?
Nosotros pillaron los cinco pollitos. Nosotros exclamo el
grupo que estaba en la puerta. Bien dijo la gallinita roja. Quien haya ayudado a hacer este pan tendrán un pedazo.
Así que quien haya ayudado a plantar el trigo, regarlo a quitar maleza a cosecharlo a llevarlo al molino o a hornear el pan, que levanten la mano. Esa noche seis pancitas se saciaron de pan como recompensa por haber hecho un buen trabajo.
Así que quien haya ayudado a plantar el trigo, regarlo a quitar maleza a cosecharlo a llevarlo al molino o a hornear el pan, que levanten la mano. Esa noche seis pancitas se saciaron de pan como recompensa por haber hecho un buen trabajo.
Referencia bibliográfica
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roja popular [imagen]. Recuperado de: http://cuentoaventuras.com/la-gallinita-roja-popular
Four
ever. (s.f). Maizal [imagen]. Recuperado de: http://imagenes.4ever.eu/naturaleza/plantas/maizal-193414
Mi granito de sal. (s.f). Pan relleno
de jamón [imagen]. Recuperado de: http://migranitodesal.com/?p=328
Mi mundo animal. (s.f). Pato camina
gracias a una impresora digital 3D [imagen]. Recuperado de: http://www.mimundoanimal.net/2013_07_02_archive.html
Pulzo (2016). ¿Quién siente más amor
por su dueño, los perros o los gatos? Este estudio da la respuesta [imagen].
Recuperado de: http://www.pulzo.com/mascotas/una-dentisteria-contrato-al-mejor-asistente-para-calmar-a-los-pacientes/PP19366
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