martes, 5 de abril de 2016

Cuento para fomentar el valor de la Constancia


 La gallinita roja.      
Cuento aventuras.


La gallinita roja vivía cerca de la casa del granjero. No era un lugar muy elegante. Pero a ella le encantaba. Compartía su casa con sus cinco pollitos y sus amigos: 


El perro, el gato 



Pulzo













Mi mundo aninal.
 Y el Pato, la gallinita roja trabajaba muy duro. Mantenía su casa y su patio limpios y ordenados, siempre había mucho por hacer para que todo se viera bien.
A todos les gustaba hacer tener una casa limpia y buena comida en la mesa. Aunque cuando llegaba la hora de hacer las labores, los demás siempre tenían otra cosa que hacer. En cuanto la gallinita sacaba a sus pollitos a jugar, los animales mayores también.
Se pasaba los días tendiendo camas, limpiando, arreglando el huerto y cocinando.
Un día, la gallinita roja estaba barriendo su patio. Cuando miró al cielo, encontró unos granos de trigo y los guardó en su bolso. Luego fue a buscar al perro, al gato y al pato. Los encontró junto al estanque. Les mostró los granos y les preguntó ¿quién me ayuda a plantar esto?















Sus tres amigos se miraron entre sí y después miraron a la gallinita roja. 
Nosotros no, dijeron. En este momento necesitamos tomar una siesta.
Yo misma los plantaré dijo la gallinita roja y regreso a su huerto y empezó a cavar. Al poco rato llegaron los pollitos a ver qué estaba haciendo y le dijeron que quería ayudar. La gallinita roja y sus cinco pollitos hicieron como si estuvieran enterrando un tesoro. Jugando así, el trabajo paso más raído. Al poco tiempo ya habían plantado todos los granos.
La gallinita roja visita el huerto todos los días para ver crecer el trigo. Se aseguró de que las plantitas recibieran bastante sol y cuidados.
Un día encontró a sus tres amigos recargados en el granero de la granja. La gallinita roja les dijo hay unas hierbas que le impiden crecer al trigo ¿Me ayudarían a sacarlas?
Yo no puedo dijo el gato. 

Están llenas de tierra ¿sabes cuánto tiempo me lleva limpiarme las patas?
El perro y el gato también tenían excusas nadie podía ayudar.      
Lo haré yo mismo dijo la gallinita roja. Después regreso al jardín. Una vez más sus pollitos la ayudaron. Organizaron un concurso. Organizaron un concurso para ver quién podía sacar más hierbas. Fue tan divertido que terminaron en abrir y cerrar un ojo.
Hubo una temporada de sequía y no llovió en toda una semana, la gallinita roja estaba preocupada por el trigo. 


Four ever
Si las plantas no recibían agua pronto, sus tiernos tallos se marchitarían y morirían. Lo único que se podía hacer era llevar agua a las plantas. Fue a buscar a sus amigos. Los encontró en lo alto de un montón de paja. La gallinita los miro y les dijo: “el calor del verano es demasiado fuerte para el trigo ¿Quién me ayuda a regar el huerto?
El perro, el gato y el pato miraron “estamos muy ocupados escribiendo una canción y no podemos hacerlo ahora gruño el perro. ¿No oíste que estaba tocando el bajo?
“Lo regare yo misma dijo ella. La gallinita roja llevó su regadera al huerto. Los pollitos fueron a hacerle compañía. La gallinita hizo como si fuera una nube de lluvia y trataba de salpicarlos con agua. Al poco rato, todo el huerto estaba mojado.


El sol del verano fue muy bueno y el trigo creció rápido. La gallinita roja y sus pollitos visitan el huerto todos los días, cuidaron el trigo con mucho amor y creció fuerte y firme.
El otoño no tardó en llegar y el trigo se tornó de un color dorado. La gallinita roja no sabía lo que eso significaba. Encontró sus amigos jugando cartas bajo la carreta del granjero. La gallinita se asomó y les dijo: ¿quién me ayuda cosechar el trigo?
El perro, el gato y el pato no quitaron la vista de las cartas. ¡Nosotros nos!, refunfuñaron.





¿No ves que estamos ocupados? La gallinita se levantó y se arregló su delantal. Yo misma lo cosecharé dijo. La gallinita roja se llevó sus herramientas de labranza al huerto. Esta vez los cinco pollitos la estaban esperando. La familia cortó el trigo y lo ató en gavillas. Cantaron muchas canciones y al poco tiempo el arduo trabajo ya había terminado.
Aunque ya le había dedicado mucho tiempo y energía al huerto, la gallinita roja sabía que el trabajo aun no terminaba. Siempre les decía a sus pollitos que si un trabajo valía la pena también valía la pena hacerlo bien.
La gallinita fue a buscar a sus amigos. Los encontró sentados junto al camino. Necesito moler el trigo para hacerlo harina dijo. ¿Quién me ayudara a llevarlo al molino dijo.
El perro, el gato y el pato miraron el camino. El molino estaba a varios kilómetros de distancia nosotros no! Contesto el trió. Está demasiado lejos para ir caminando.
Una vez más, la gallinita roja tendría que hacerlo.

Ella y sus pollitos se fueron inmediatamente. Les esperaba un largo viaje, y los pollitos caminaban despacio. El viaje pareció más rápido porque pretendieron ser vagabundos que viajaban con sus morrales por todo el país.
La gallina roja regreso a casa ella y sus pollitos estaban tan cansados que al poco rato se quedaron dormidos. Esta noche todos durmieron muy bien. A la mañana siguiente, la gallinita salió de su casa.  Sus amigos estaban tomando el sol en la azotea. Ella los llamó ¿quién me ayudara a hornear pan con mi harina?






El perro, el gato y el pato ni siquiera se molestaron en mirarla. Es un hermoso día ¿quién quería estar adentro horneando pan? Dijo el perro.




La gallinita sacudió la cabeza y pensó: ¿quién quería pasar todo el día haciendo nada? Después les dijo a los tres: “lo hornearé yo misma”. La gallinita roja entro y sus pollitos trataron de ayudarle a hacer la masa. Había harina por todo el piso y sobre los pollitos también hicieron una gran hogaza de pan fingiendo ser escultores que creaban una escultura. Todos querían seguir jugando cuando acabaron de hacer la hogaza.

Mi granito de sal.
El olor a pan horneado flotó por el aire.
El perro, el gato y el pato se asomaron a la cocina. Dos pollitos bailaban alrededor de la gallinita roja. Ella preguntó ¡quién me ayudara a comer este delicioso pan fresco?

Nosotros pillaron los cinco pollitos. Nosotros exclamo el grupo que estaba en la puerta. Bien dijo la gallinita roja. Quien haya ayudado a hacer este pan tendrán  un pedazo.


Así que quien haya ayudado a plantar el trigo, regarlo a quitar maleza a cosecharlo a llevarlo al molino o a hornear el pan, que levanten la mano. Esa noche seis pancitas se saciaron de pan como recompensa por haber hecho un buen trabajo.



Referencia bibliográfica
Cuento aventuras. (s.f). La gallinita roja popular [imagen]. Recuperado de: http://cuentoaventuras.com/la-gallinita-roja-popular
Four ever. (s.f). Maizal [imagen]. Recuperado de: http://imagenes.4ever.eu/naturaleza/plantas/maizal-193414
Mi granito de sal. (s.f). Pan relleno de jamón [imagen]. Recuperado de: http://migranitodesal.com/?p=328
Mi mundo animal. (s.f). Pato camina gracias a una impresora digital 3D [imagen]. Recuperado de: http://www.mimundoanimal.net/2013_07_02_archive.html
Pulzo (2016). ¿Quién siente más amor por su dueño, los perros o los gatos? Este estudio da la respuesta [imagen]. Recuperado de: http://www.pulzo.com/mascotas/una-dentisteria-contrato-al-mejor-asistente-para-calmar-a-los-pacientes/PP19366



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